Ultimo día, terminamos de recorrer la isla y emprenderiamos el retorno a Lulea. Pero antes de continuar nuestro camino regresamos hacia Nusfjord, un pintoresco pueblo de pescadores, que aunque no creo que tenga más de diez casas tiene tanta fama que hay que pagar la entrada; por supuesto, nosotros no lo hicimos.
Más adelante y muy cerca de Moskenes, donde tomariamos el Ferry de vuelta, pasamos por Reine.
Despues de pasar por Moskenes, a donde regresariamos más tarde, llegamos hasta Å, un lugar simplicidad en el nombre no podría ser más idonea para expresar lo que representa: es el final de Lofoten, el final de la civilización; un lugar donde no existe un más alla, sino para la majestuosidad del silencio y la soledad.
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