Sunday, July 27, 2008

El día que me robaron una bicicleta en Suecia

El día que me robaron una bicicleta en Suecia, ese día ya era verano, los días ya eran de 24 horas de luz y el sol escasamente se alcanzaba a ocultar. En esos días estábamos en plenas vacaciones de verano y todos se habían ido, yo vivía solo en un edificio para cuarenta personas. En esos solitarios días todavía quedábamos algunos viviendo en las residencias universitarias de Luleå. Yo estaba trabajando en mi tesis y estaba a punto de viajar a Barcelona.

El día que me robaron una bicicleta en Suecia yo estaba cocinando arroz de coco. Yo había aprendido a cocinar arroz de coco para poder brindarles un plato autóctono a mis amigos de diferentes lugares del mundo; aunque todavía no lo hecho con un coco real sino con leche de coco tailandesa. Ese día me iba a reunir con dos amigos alemanes y uno australiano e iba a llevar arroz de coco. Yo salí en mi bicicleta hacia el supermercado y cuando regrese dejé la bicicleta en frente de la puerta con su candado puesto.

El día que me robaron una bicicleta en Suecia yo estaba en el segundo piso de la casa, entre la cocina y mi habitación. En la cocina estaba la estufa encendida con el arroz y en la habitación mi computador encendido con música a alto volumen, y yo caminaba de un lugar al otro. La ventana de la cocina daba hacia la calle. Mientras cocinaba el arroz iba también a la habitación a llamar por teléfono a pedir instrucciones de cocina sobre el arroz. Cuando termine de cocinar empaque el arroz y salí de la casa pero no vi mi bicicleta.

El día que me robaron una bicicleta en Suecia yo quede inmóvil en la puerta de la casa y no sabía que hacer. Al principio pensé que la bicicleta estaba en el garaje de bicicletas pero encontré el candado cortado y tirado en el piso. Lo primero que hice fue llamar a un amigo que tenía varias bicicletas y advertirlo, aunque no se si lo hice por advertirlo o por contarle a alguien. Después llame a la policía a poner el denuncio y me preguntaron si sabia quien se la robo. Después preste una bicicleta a mi amigo y fui a reunirme con los otros amigos y comer arroz de coco pero regrese temprano.

El día que me robaron una bicicleta en Suecia fue hace casi un año pero aún tengo ese vivido recuerdo. Ese fue el día que me robaron una bicicleta en Suecia.

Sunday, July 20, 2008

Limonada

Limonada, limonada, bien helada y barata. Hay de 500, hay de 1000. Tomate una limonada pa' la sed.


strikes out: tantos problemas en el mundo, tantas cosas que contar, tantos temas importantes de que escribir, pero quien no añora calmar la sed en un día tan soleado y olvidar todo lo demás por unos segundos, por unos segundos...

Saturday, July 12, 2008

Los derechos del pollo...

Hay personas solidarias y hay personas faltas de oficio. Hoy en día la persona menos pensada puede protestar y puede protestar por el motivo menos pensado. Hay quienes protestan por el calentamiento global, por el racismo, por que perdonen la deuda externa de los países pobres, porque alguien dimita de su cargo, por el maltrato de los animales, en fin, hay protestas para todos los gustos. Hay quienes protestan por convicciones puras desde el anonimato, otros quienes protestan desde su condición de famoso con algo o mucho de convicción, y otros quienes protestan desde su condición de famoso más bien sin nada de convicción y solo por robar cámaras y popularidad.

No se si Pamela Andersson pertenece al ultimo grupo, pero tiene todos los números para estarlo. También es bien peculiar el motivo de la protesta: los derechos del pollo; aunque viéndolo bien razones si hay para protestar por ello. Recuerdo que un amigo me dijo que KFC, alguna vez Kentucky Fried Chicken, dejo de llamarse así porque perdió una demanda que argumentaba que su producto no era pollo, que era como un “intento de pollo” modificado genéticamente para que creciera muy rápido, y que técnicamente no clasificaba como pollo. Lo cierto es que este comentario quedo en mi mente y no me dan ganas de comer en KFC, prefiero un McDonalds o un Burger King, y la unica vez que recuerdo haber entrado a un KFC comí un brownie con helado.
¿Respetarán Piko Riko y American los derechos del pollo? Porque sino Marbelle o Piedad Cordoba podrían hacer una protesta...se me ocurre...

Sunday, July 06, 2008

Una vez en Amsterdam

Una de las cosas que definitivamente quería hacer en Europa era ver un concierto de Radiohead, pero justo en el momento más cerca de cumplir este anhelo sentí que el tiro de gracia se podía salir por la culata. Estaba en Ámsterdam y fue justo en la taquilla del Heineken Music Hall cuando me dijeron que no podía entrar porque había un problema con mi boleta, por supuesto yo sabía de que se trataba y los peores pensamientos llegaron a pasar por mi mente.

Cuando Radiohead anuncio su breve gira europea no dude ni un segundo en asistir al concierto fuera donde fuera. Yo estaba en Barcelona pero ellos no pasarían por España así que elegí verlos en Ámsterdam. Compre dos boletas en la preventa de la página oficial de Radiohead, una para mí y otra para un amigo que nunca asistió.

El dilema de la historia empezó cuando recibí las boletas por correo, había cuatro boletas en el sobre y no tenía ni idea de porque. Llegue a pensar que era un obsequio promocional para los fans, o que en realidad eran solo dos boletas en originales y desprendible, no se, no se…

Cuando llego el día del concierto tenia la misión de vender las tres boletas que me “sobraban”. Vender la primera fue muy fácil. Con las otros dos me costo más trabajo; había otro tipo vendiendo varias boletas y no había compradores, pensé que le había pasado lo mismo que a mí pero nunca supe. Un “homeless” me llego a ofrecer 20 euros por las dos boletas de 50 euros cada una, con la justificación de que él era un “homeless” y necesitaba revender boletas para trabajar. Otro tipo me decía que su sueño era ver ese concierto y que le regalara una boleta. Yo no me desesperé, y continué en mi misión, aplicando todo lo aprendido en Barranquilla en conciertos y partidos de fútbol. Al cabo rato llegaron 4 personas buscando 2 boletas, negocio hecho.

Cuando estaba apunto de entrar el lector electrónico del torniquete no validó la boleta y el guardia me dijo que fuera a taquilla. En taquilla me dijeron que mi boleta no era valida, que había sido reportada como perdida. ¡Sorpresa previsible! apareció uno de los compradores de mis boletas con el mismo problema. La de la taquilla no sabía que hacer con nosotros y llamo al responsable del evento para resolver el problema.

A los pocos minutos apareció un inglés de cara tiesa preguntándome donde había comprado las boletas y otras cosas más; le dije que las había comprado en la página oficial, pero su cara de intriga demostraba que mi palabra no era suficiente. Enseguida hizo llamadas a Londres y otros lugares para investigar el problema pero no obtuvo respuestas. Afortunadamente tenía conmigo la confirmación de la compra que recibí por correo y se la mostré, con una cara, cada momento, de mayor intriga miro la confirmación y él saco de sus archivos una lista de los compradores por Internet donde aparecía mi nombre con dos boletas.

Con su misma cara de intriga se decidió a dejarme entrar a mí y a mí supuesto amigo, pero me dijo que iba a investigar que pasaba y que le dejara mi correo electrónico para contactarme. Al día siguiente recibí un correo electrónico solicitándome disculpas y diciéndome que hubo un error en el reporte de las boletas perdidas.