Guacherna a Oscuras

Aunque la intención era salir bailando pero al final no pudé, me fui con las mismas ganas a disfrutar la Guacherna como espectador. Desde que llegue a la 72 la noche pintaba lo que iba a ser: un completo desorden; sin espacio para transitar ni zonas de acceso (ni señal de celular para rematar) fue un lío encontrarnos todo el combo, pero poco a poco fueron apareciendo y aunque algunos casi al final del desfile ahí nos encontramos como pudimos. El punto de encuentro era la terraza de un conjunto residencial donde nunca apareció nuestro conocido, pero donde bastaba decir su nombre o que uno iba al puesto de fritanga que estaba dentro para poder entrar. Aunque al final eso no importo porque terminamos en la calle, bailando y saltando con cuanto disfraz y comparsa pasaba, alguna de ellas sin poder identificar si eran marimondas, cumbiambas, o garabatos, tanto por la falta de alumbrado público como porque muchas iban revueltas en medio de un tremendo zaperoco.

Aunque la falta de luz empaño totalmente el desfile y la considero una falta de respeto a la ciudad y su carnaval, esto no fue un impedimento para disfrutarlo; como tampoco lo fue el típico desorden de cada año, del que cada vez me convenzo más que es culpa de las autoridades, porque aquí en Barranquilla éstas en vez de promover el orden lo que hacen es imponer el desorden.

La noche termino en la 84 con una típica recocha de carnaval que tanto extrañaba, bailando, mamando gallo, y tirando buena agua y maizena.