Antes de venir a Europa había vivido casi toda mi vida en Barranquilla, solo hubo cuatro años de interrupción, entre 1991 y 1994, en los cuales viví en La Guajira. Esa fué una época de mi niñez en la cual se grabo una imagen en mi mente que no se ha borrado, ni se borrara. Periodicamente iba a Barranquilla a visitar a mis abuelos y demás familiares. En uno de esos viajes (quizás el primero), tras varias horas de camino en bus, recién me despertaba conciente de que faltaba poco para llegar a Barranquilla; al asomarme por la ventana veía como en medio de la oscuridad de la noche se divisaban a lo lejos las luces del puente Puente Pumarejo y de la ciudad detrás del Rio Magdalena que reflejaba en sus aguas estas mismas luces junto a la Luna de Barranquilla que es chiquitín chiquitica, morenín morenita. Por eso siempre que estoy fuera de mi ciudad miro hacia el cielo buscando en vano donde esta la Luna de Barranquilla, y añoro con volver a ser niño y regresar a Curramba por la misma carretera para ver esa imagen de mi ciudad que se divisa en la oscuridad y acompaña al Mar y al Rio en sus noches solitarias.
NO SE PIERDAN ESTA SEMANA EN COPERA EL HOMENAJE A BARRANQUILLA POR SU ANIVERSARIO No 194 .
1 comment:
Si viejo, llegar a Barranquilla por el puente tiene algo de magico, yo no naci aca, pero llegue cuando tenia 3 años y aun esta en mi mente ese recuerdo de estar pasando el puente y asombrado mirar el rio.
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