Una autoreflexión sobre la tarea de seguir escribiendo con motivo de los 6 años del Blog:
"Si hay algo que no me entusiasma demasiado, es escribir. Pero a veces no hay más remedio" Johan Cruyff
A veces pienso tantas cosas, y hay ideas que me dan tantas vueltas por la cabeza, que desearía escribirlas, desearía poder contarlas y que otras personas lean; como escribir en un pedazo de papel en blanco que dejaras tirado en algún lugar, como una carta sin destinatario, o así como el diario de Rorschard en Watchmen.
Que buenas que eran las cartas, eran los blogs del pasado. Cuantos libros grandiosos se han editado a partir de la recopilación de cartas? Muchos, pero los tiempos han cambiado, aunque tal vez no tanto. La correspondencia escrita se reemplazo por el correo electrónico, que también ha disminuido su uso notablemente. Pero yo escribía cartas en el correo, eran eso, y así empezó este blog.
Hace 6 años, en una habitación en Barcelona, yo me sentaba frente a un computador a escribirle “cartas electrónicas” a los que estaban a 8,000 km de distancia para contar mi “nueva vida”. Hasta que un día las cartas dejaron de ser correos electrónicos y pasaron a ser los posts de Strikes Back Net.
Con el pasar del tiempo ya dejé de estar de lejos y “(¿) ya no había nada que contar ni nadie a quien contar (?)”, “(¿) el blog había perdido su razón de ser (?)”. Pero no, esto no es más que una mentira; porque la “falta de entusiasmo” siempre sigue peleando con “el remedio”. Incluso, creo que a veces he llegado a escribir post completos en mi mente que quedaron solo allí y nadie leyó.
Por eso el Blog del Cuentante sigue allí como “el remedio”, en la constante lucha del “¿escribo o no escribo?”. Pero ya no importa si estoy lejos o cerca, porque vivimos en los tiempos en que las distancias se han acortado para los que están lejos y extendido para los que están cerca. Usamos indistintamente los servicios de comunicación sin importar si estamos a 8 metros o a 8,000 kilómetros de la persona. Las distancias de la comunicación hoy son iguales; ya no nos separa la distancia sino el cambio de horario. Solo queda el jet lag.