Todos ebrios todos borrachos. Es la rutina de cada viernes en la noche. Una buena cena y unas cervezas de 7 grados de alcohol, si son con una copa de Vodka mejor. Y cuando son las 11 él no puede fallar, se llama Magnus, con su taxi limusina, donde normalmente caben 7 pero Magnus deja que se monten hasta 9 u otro más. Que lujo de taxi, limusina con karaoke.
Magnus nos recoge cada viernes para ir a única discoteca de la ciudad, Cleo, no se paga cover antes de 12, y el taxi sale como a 20 coronas por persona. A veces un poquito más porque nunca falta alguien que se vuele y no pague, o a veces gratis si eres el que recoge la plata. A la venida Magnus nos espera en la puerta, donde también hay dos patrullas de Policía por si hay rollo. Nos vamos más borrachos todavía cantando en karaoke canciones de Frank Sinatra o lo que se ocurra. Magnus, el sueco amigable, que deja romper el hielo. El nos lleva él nos trae.
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