Con tanto tiempo tan lejos de la casa se extraña mucho la tierra; te hace falta la familia, los amigos, la gente, la comida, la fiesta, etc. Es un vacio que se lleva por dentro y se intenta llenar como se pueda, es como si fuera una dolencia que no la cura nada, pero que se puede aliviar con algunos calmantes, unos más efectivos, otros menos. El fin de semana pasado tuve uno de ellos, uno muy efectivo. Me pase cuatro días en la casa de Alberto (un amigo de Valledupar), y fué casi como sentirse en casa, fué como tener familia prestada, una tía, una abuela, primos, etc. Tiempo de descanso, diversión, y buena comida: arroz apastelado, arepa de huevo, frijoles, postres, y la torta de plátano que me hacía mi mamá. Familia prestada, colombian weekend!
1 comment:
fresco viejo david que todo ese vacio simplemente se llena pensando en todas las cosas buenas que traeran los sacrificios que hacemos hoy dia...
no se me ponga pensativo y goze todos los momentos que se le presentan en este momento de su vida....
PD...aja y que pasa con los coperadores que andan todos como pensativos...
Saludos compadrito
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