Esta vez no fue. Esta vez no se pudo ganar la final. A un suspiro de terminar el partido se escapó el título, como otra veces también se ganó, como en 1993 o en el 2004, ante este mismo rival, revancha dirán algunos. Pero así es el fútbol, se gana y se pierde, te da y te quita.
Con una formula defensiva que casi nos funciona, que nos sirvió para llegar a la final. Y aunque ahora es fácil criticar, lo cierto es que estos son los riesgos cuando se renuncia tanto a tener el balón, el rival aumenta sus probabilidades. También jugó la suerte, una lesión de Toloza que era el complemento de esa muralla defensiva, casi un "Drogba a lo Chelsea".
Gracias Junior, por luchar hasta el final y mantener viva la ilusión. Siempre Junior.