Sunday, February 27, 2011

La Guacherna: Un Negocio Monocuco

- Oye, como hago para salir en la Guacherna?
- Eche fácil, yo estoy en una comparsa, 80 barritas.
- Ah listo, con el disfraz y todo?
- No nada, esos es aparte, te incluye la inscripción una panchita de ron, y entrada a Trucupei.

Pedro y Juana, están listos pa’ la Guacherna, pagaron su inscripción en la Comparsa y compraron su disfraz, ya recibieron su panchita cada uno, de Santero, pero que importa si Carnaval es Carnaval. Lo barro fue que cuando se inscribieron les dijeron que la comparsa era la número 53 pero salieron de 321 casi a las diez noche. Pero no fue lo único que no les gusto, la comparsa era todo un desorden y había mucha gente así que mejor se fueron pa’ la comparsa de Marimondas que iba adelante. La otra fue que cuando llegaron a Trucupei no los dejaron entrar con la escarapela, y el organizador de la comparsa nunca se apareció por Trucupei.

Paco y Luisa si dijeron que no iban a pagar, iban a aplicar la misma del año de pasado, que se metieron en el desfile y ya. Pero este año la vaina es diferente están pidiendo escarapela, así que llamaron a Susi que esta metida en una comparsa. Susi les consiguió entradas bien baratas, a 30 mil pesos cada uno. Pero cuando llegaron no les dieron escarapelas, les dijeron que toda la comparsa entraba junta y no había problema. Con desorden y todo, pero entraron, la comparsa si era un desorden, había tanta gente apiñada que parecía una presesión.

Por ahí se encontraron con Jimmy y Anita, que no estaban en esa comparsa pero habían pagado para entrar a otra, lo que pasa es que la gente de la comparsa nunca apareció y como quedaron sin escarapela les toco colarse.

Pedro, Juana, Paco, Luisa, Jimmy y Anita se disfrazaron de Monocuco, bailaron y se la gozaron hasta el final, pero tuvieron que pagarle a algunos pocos que recibieron el billete no cumplieron, y cada año hacen de la Guacherna un negocio Monocuco.

Thursday, February 24, 2011

Y es verdad: el Caribe es un Mundo Unico

“Los Caribes no somos ni mejores ni peores que nadie, somos algo mucho más importante: diferentes” Juan Gossain en el V Carnaval de las Artes en Barranquilla

Solo unas horas después de estas palabras Gossain en el Amira de la Rosa, ya yo estaba despierto en un nuevo día y habiendo dormido menos de lo deseado, iba hacía el Aeropuerto para tomar un avión hacia la Guajira; eras las 5:45 e iba en un taxi por la calle 30 con carrera 4, cuando me tope con un inusual trancón. Sospechando que se trataba de un colosal choque, me imagine lo peor y que el avión me dejaría. Virgilio, el taxista que me llevaba, y que tiene bastante cancha en estos chicharrones, se bajo del taxi a ver que pasaba. Al ratico, regreso al taxi y dijo: “ya arreglamos el cuento, el man del bus de Santo Tomás se atravesó y cerro la vía porque el bus que venía atrás le venía quitando pasajero, y yo le dije: eche y nosotros que tenemos que ver con eso, quítate de ahí que tenemos que trabajar, hasta que al fin entre varios lo convencimos y el man se quito”.

Díganme si esto no pasa solo en el Caribe. Díganme si esto se le ocurre a un chofer de bus en Alemania o en Japón. Díganme si a un sueco se le ocurre bajarse a ver que es lo que pasa y encarar el problema o prefiere esperar que venga la autoridad de transito y lo arregle. Y yo no necesito que me pase esto para saber que vivimos en la realidad mágica del Caribe Colombiano de la que habla Gossain, la que vivimos en un día a día donde la realidad supera la ficción.

*Juan Gossain confiesa que prefiere utilizar el termino “Realidad Mágica” a “Realismo Mágico”.