Sunday, October 24, 2010

El Atrevimiento de Escribir un Cuento


Hace como dos meses empecé a escribir juiciosamente en mi blog, y lo estoy haciendo con tanto juicio como casi no lo había hecho desde que empecé el blog. Me gusta escribir, pero no soy un escritor tan prolífico para hacerlo diariamente, incluso, a veces pasa mucho tiempo sin saber que escribir. Pero bueno, aquí voy en la lucha.

Y además de mi blog, hace unos días acepté la invitación de Turint para escribir en Cuentos para Antes de Dormir. Aunque no tengo experiencia escribiendo cuentos, salvo uno que otro, como uno muy malo que escribí en el colegio con unos amigos para un libro de cuentos, que encuadernamos y regalamos a la biblioteca.

Sin embargo, a veces he tenido la idea de alguna historia en mi cabeza, como una que se me ocurrió hace tres años pero nunca he escrito, u otra que se me ocurrió hace como tres semanas y escribí la primera versión en mi cuaderno. U otra con la que decidí empezar en Cuentos, y que escribí en la madrugada y publique hoy: Una Carta Sin Destinatario.

Esta idea nació de imaginarme en que pasaría si algún día escribiéramos una carta sin saber quien la va a leer: como un mensaje en una botella. Incluso pensé en llamar mi blog Cartas Sin Destinatario porque de algún modo era eso, como escribirle a nadie y a la vez a todo el mundo. De modo que algo como este cuento podría ser también el primer post de un blog que nunca creé.

Monday, October 18, 2010

El se llama Magnus / Historias de Taxi (IV)

Todos ebrios todos borrachos. Es la rutina de cada viernes en la noche. Una buena cena y unas cervezas de 7 grados de alcohol, si son con una copa de Vodka mejor. Y cuando son las 11 él no puede fallar, se llama Magnus, con su taxi limusina, donde normalmente caben 7 pero Magnus deja que se monten hasta 9 u otro más. Que lujo de taxi, limusina con karaoke.

Magnus nos recoge cada viernes para ir a única discoteca de la ciudad, Cleo, no se paga cover antes de 12, y el taxi sale como a 20 coronas por persona. A veces un poquito más porque nunca falta alguien que se vuele y no pague, o a veces gratis si eres el que recoge la plata. A la venida Magnus nos espera en la puerta, donde también hay dos patrullas de Policía por si hay rollo. Nos vamos más borrachos todavía cantando en karaoke canciones de Frank Sinatra o lo que se ocurra. Magnus, el sueco amigable, que deja romper el hielo. El nos lleva él nos trae.

Sunday, October 10, 2010

Y su abuela también / Historias de Taxi (III)

Son las 4 de la mañana, estamos en la Plaza Cataluña y ya nos vamos a dormir, el metro todavía no abre, maldita sea, vamos a esperar el taxi sobre la ronda de Sant Pere, afortunadamente no hay fila, solo veo una señora, al parecer con su marido. Nojoda, que suerte, llego un taxi con un pasajero y el man se bajo.

Ah no, pero lo va a coger la señora, bueno Mauricio pica adelante y se embarca en el taxi: “vengan, vengan, móntense”. Pero la señora esta pesada: “un momento, yo estaba aquí primero, el taxi es mío”. “Nojoda, móntense” insiste el Mauricio, pero la señora no se quita. “ostia, que el taxi me va a llevar a mi”. Entonces el taxista interrumpe la pelea: “lo siento, que ya he terminado el turno, no puedo llevar a ninguno”. Sin más allá ni más acá Mauricio se baja: “eche nojoda, es que hay gente que parece que se crió con las cabras” y sigue hablando mientras viene a donde nosotros que estamos mirando la pelea de lejitos. La vieja tampoco se calla: “joder.., a tomar por culo, que tal y cual”. La pelea sigue su curso casi que de esquina a esquina, y Mauricio grita: “y su mario también”, entonces, el presunto marido de la vieja voltea su mirada y viene hacia nosotros sin decir una palabra, en sigilio y en zig zag por la pea. Hay un momento de silencio y yo me lleno de intriga: "que hará este tipo? Con quien nos habremos metido? Traerá un arma?" Ya el man esta muy cerca de nosotros, se detiene, mira fijamente a Mauricio, lo señala con el dedo y le dice: “nunca, nunca menciones a un persona que no esta en la conversación”, y con las mismas el man se voltea y se va.

Mauricio, Carlos y yo, nos miramos las caras y soltamos una disimulada carcajada que se hacia más recochera a medida que el man y la vieja se alejaban lo suficiente, y Mauricio se decide a seguir gritando “y su abuela también…entonces, usted es el mario o no es el mario?...”. A la larga no hay taxi, pero abrieron el metro y por lo menos la pelea nos entretuvo.

Friday, October 08, 2010

Andrew Bird

Supe de la existencia de Andrew Bird gracias a From The Basement TV. La primera impresión que tuve al verlo con un aspecto atemporal me hizo pensar en el Bob Dylan de alguna epoca, pero sobretodo en una especie de hombre orquesta tocando de pueblo en pueblo con su armonica, un violin, una guitarra y sus silbidos.

En su presentación en From The Basement solo usa esos instrumentos y una maquinita para ir grabando sus samples en vivo. Bird es un poco country, un poco folk; una propuesta alternativa para los que le guste el art rock, los sonidos experimentales y las melodías suaves. Si te animas a escuchar Andrew Bird te recomiendo el albúm Noble Beast y canciones como Tenuousness, Anonanimal y Section 8 City.

Sunday, October 03, 2010

Gare du Nord, Gare del Est / Historias de Taxi (II)


Ella no es una mujer de viajar con maletas pequeñas aunque sabe que en Europa de vez en cuando le tocará subir terceros o cuartos pisos por escaleras estrechas. Ella habla francés, vivió tres años en Toulouse, también español, e ingles, pero con una sola palabra en cualquier idioma sabrás que es de Brasil.

Andrea esta en Gare du Nord, su tren a Nancy sale de Gare del Est, tan cerca una estación de la otra, pero imposible caminar con ese equipaje. Andrea para un antipático taxista francés que apenas se molesta en abrir el baúl para que ella misma guarde las maletas. Agotada por el esfuerzo Andrea apenas tiene aliento para decir: “A Gare del Est”. Casi sin terminar de hablar escucha “¿QUEEE? Y tu me paras por una carrera tan corta”. Entendiendo que Andrea no tenía ni intención de bajarse, el taxi arranca. Cuando llegaron a Gare del Est Andrea saco de su bolsillo un billete de 50 euros para pagar la tarifa mínima. Con una cara que ni logro imaginar y después de decir quien sabe que en francés el taxista arranca y hace un giro, acelera y regresa hasta Gare du Nord y dice: “Aquí te recogí, aquí te dejo, bájate chica”.